La industria y sindicatos europeos firman una declaración conjunta en defensa del sector conservero

El documento busca hacer frente a la competencia desleal proveniente de acuerdos comerciales con terceros países

Los agentes sociales más importantes que defienden el sector conservero de pescados y mariscos de Europa han dicho basta. Las organizaciones empresariales Anfaco-Cecopesca (España) y Anicp (Portugal), junto con los sindicatos UGT-FICA (España), FAI-CSIL (Italia) y UGT (Portugal), firmaron el pasado 24 de octubre en Santiago de Compostela una declaración conjunta. Este documento pretende salvaguardar la industria europea de la conserva de pescado y marisco frente a la amenaza que supone la competencia desleal.

Esta amenaza es especialmente evidente en la conserva de atún, y viene originada por los procesos negociadores abiertos para la celebración de acuerdos de libre comercio entre la Unión con los países miembros de la región ASEAN, especialmente Tailandia.

Así pues, esta declaración pone de manifiesto la necesidad de excluir a la conserva de atún del ámbito de los acuerdos comerciales, ante una falta evidente del conocido como «level playing field». Y por el impacto negativo que tiene en el empleo de regiones costeras situadas principalmente en Portugal, España e Italia.

En este sentido, solamente el sector de la conserva de atún en Europa genera más de 20.000 empleos, siendo el atún el principal producto de esta industria. Ésta representa el 70 % de la producción total. Además, es una fuente imprescindible de trabajo en regiones costeras dependientes de la pesca, con una gran presencia de personal femenino en la franja de 40 a 64 años. Solo en España, unas 12.000 familias dependen directamente de esta industria.

Solamente el sector de la conserva de atún en Europa genera más de 20.000 empleos, siendo el atún el principal producto de esta industria, que representa el 70 % de la producción total

La declaración firmada por las organizaciones representantes del sector mar-industria y los sindicatos advierte de los peligros que supone la celebración de acuerdos de libre comercio con terceros países. Tal es el caso de Tailandia, que no cumplen con los estándares europeos en materia laboral, medioambiental y sanitaria.

Tailandia, una de las principales amenazas

Tailandia es el primer productor mundial de conservas y preparaciones de atún, con una producción superior a 500.000 toneladas anuales. Pero presenta evidentes muestras de duda en su cumplimiento. Así, se estima que hasta el 45 % del atún desembarcado en Tailandia no sería apto para su comercialización actual en la UE. El motivo sería la falta de cumplimiento de las disposiciones europeas en materia de lucha con la pesca ilegal. También, la falta de autorización sanitaria para la exportación a la UE.

Además, no tiene ratificado convenios fundamentales en materia de derechos humanos, como la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, o en materia laboral, como el Convenio sobre la Libertad Sindical o el Derecho de Sindicación y Negociación Colectiva.

Un estudio de impacto socioeconómico realizado por la consultora EPPA, S.A., analizó el impacto de la inclusión del atún en el futuro acuerdo de libre comercio entre la UE y Tailandia, estimando que, en un periodo de 10 años, la industria tendría unas pérdidas de ingresos de más de 805 millones de euros, y una pérdida de 4.665 empleos a tiempo completo.

Tailandia es el primer productor mundial de conservas y preparaciones de atún, con una producción superior a 500.000 toneladas anuales

Así pues, y según el comunicado firmado por las diversas asociaciones, los agentes sociales abogan por acuerdos comerciales equitativos, fundamentados en rigurosos estudios de impacto que consideren la opinión de todos los sectores implicados. Por lo tanto, deben promoverse los procesos de internacionalización, que no de deslocalización, como medio para asegurar el crecimiento y la consolidación de las industrias en territorio comunitario.

En consecuencia, si bien la conservera de atún es considerada en política comercial un producto sensible, los profesionales consideran que no se defiende de forma eficaz. El precedente con Vietnam muestra una liberalización técnica a la entrada en vigor del acuerdo al otorgarse un contingente de 11.500 toneladas, las mismas que exportaba como media previamente, pese a contar con una tarjeta amarilla por pesca ilegal.

La declaración pretende así visibilizar esta problemática, que atenta contra los estándares sociales y empleo de las fábricas europeas, solicitando una defensa de la industria y una consideración estratégica de la conserva de atún.