La leche condensada de Clesa, en la nueva entrega de Indiana Jones

La histórica lata de leche condensada aparece en la despensa de un barco en la última entrega de Indiana Jones

La histórica lata de leche condensada de Clesa se ha colado en la película Indiana Jones y el Dial del Destino, la última entrega de la saga que protagoniza Harrison Ford. Solo los espectadores más avispados han podido darse cuenta de la presencia de este producto de la empresa láctea gallega, que aparece de forma fugaz en una de las escenas del barco de Renaldo, un marinero español que es interpretado por Antonio Banderas. Capitán de su propio navío, el viejo amigo de Indy cuenta con este producto que se puede apreciar en su despensa cuando Helena (interpretada por Phoebe Waller-Bridge) decide curiosear en ella.

Según indican desde CLUN, cooperativa en la que se integra la compañía con sede en Caldas de Reis, este producto estuvo muy ligado a la infancia de varias generaciones de mediados del siglo XX, pero ya no existe, «puesto que la empresa ha ido actualizando y adaptado su catálogo de productos a las nuevas tendencias de consumo, muy centrado en yogures, diversos postres lácteos y leche».

Según CLUN, este guiño «demuestra el poder tan icónico que alcanzan algunas marcas, quedando en la memoria colectiva como testigo de la historia»

«En esa época (finales de los 60), la variedad de lácteos era muy limitada, y los productos en conserva que no requerían refrigeración abundaban más en los hogares. Muy energética por su alto contenido en azúcares, la leche condensada también se veía como un alimento más nutritivo y mejor valorado que hoy en día, cuando las necesidades nutricionales son otras», apuntan desde CLUN. La Cooperativa Rural Gallega subraya que este guiño «demuestra el poder tan icónico que alcanzan algunas marcas, quedando en la memoria colectiva como testigo de la historia».

El origen de la leche condensada

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la leche condensada fue inventada por Gail Borden Jr. en 1852 porque la leche normal no se almacenaba bien sin refrigeración. En el siglo XIX eran frecuentes las intoxicaciones alimentarias provocadas por el consumo de leche debido a la contaminación por bacterias durante el proceso de ordeña de las vacas y la precariedad de los procesos de conservación. Tras crear dos fábricas, por fin consiguió que funcionase la tercera, la New York Condensed Milk Company, que se fundó en 1857, un año después de que Borden obtuviese la patente de fabricación.